Los intervalos de mantenimiento de los fabricantes son una media elaborada con base en estudios, en los cambios de aceite y la calidad del mismo, afectará en gran medida la duración del turbo; se deben realizar los cambios de aceite en los períodos especificados por el fabricante y utilizar el mejor aceite posible; debiendo ser sintético y de preferencia especial para motores turbocargados. Para mantener la vida y el desempeño del turbo, se debe tener en cuenta principalmente el ACEITE y el filtrado de AIRE. Años de experiencia nos han demostrado que el mayor porcentaje de falla en turbos son causados por falta de aceite, insuficiencia o restricción del flujo de aceite e impurezas en el lubricante. La segunda mayor incidencia es causada por la entrada de objetos extraños en las ruedas de compresor o turbina.
La entrada de polvo (partículas solidas) en la carcasa compresora por una falla en el mecanismo de filtrado de aire puede dañar seriamente -por erosión- los alabes (paletas) de la rueda, lo que trae consigo el deterioro del turbo y mal desempeño del motor. Los daños en los alabes al ser no uniformes producen pérdida de balanceo del conjunto rotor, dañando por ende al conjunto. El ingreso de arena o polvo causan también graves daños en partes del motor como pistones, anillos de pistón, camisas, etc. La entrada de grandes objetos como arandelas, tornillos, tuercas, piedras, herramientas, etc. destruirían completamente al turbo y muchas veces causan severos daños al motor. El cambio regular del filtro de aire previene estos problemas.
Dejar reposar el turbo antes de apagar el motor. Si hemos estado conduciendo un buen rato y ha sido rápido o en ciudad – con el constante parar/arrancar – es necesario dejar reposar el turbo antes de apagar el motor. Con un par de minutos es suficiente. Si lo apagamos de golpe el aceite que queda en su interior se carboniza al detenerse la lubricación y estar la turbina a una temperatura muy alta. Los turbo a gasolina son especialmente susceptibles, ya que las temperaturas de funcionamiento que alcanzan los turbos son bastante superiores a las de los diésel.
El turbocompresor está diseñado para durar lo mismo que el motor, no requiere de un mantenimiento especial. Para garantizar que la vida útil del turbo corresponda con la del motor, deben cumplirse –como hemos explicado- las siguientes recomendaciones de mantenimiento:
- Mantenimiento al sistema de lubricación (cambio de aceite).
- Mantenimiento al sistema de enfriamiento (cambio de anticongelante).
- Mantenimiento al sistema de admisión (cambio del filtro de aire).
El 90% de las fallas que se generan en los turbocompresores, se debe a las siguientes causas;
- Introducción de cuerpos extraños en la turbina o en el compresor (por falta del filtro de aire).
- Suciedad en el aceite
- Aceite de mala calidad
- Baja presión de aceite
Si no respetamos esta medida el turbo acabará dañados.